martes, 31 de mayo de 2011

Defendamos nuestra libertad/ Esteban Ortiz



Hace poco el grito de “libertad, libertad…” se escuchó una vez más en Quito como un combate a la intolerancia de personas que pretenden prohibir espectáculos arraigados profundamente en la cultura ecuatoriana.

¿Qué otra prueba necesitan las autoridades para darse cuenta de que es una tradición arraigada en el alma del pueblo llano? ¿Dónde queda nuestro derecho a poder elegir libremente? Imponer una tesis por la fuerza y censurar un espectáculo maravilloso es algo propio de las dictaduras.

Si no defendemos nuestras libertades, el día de mañana podría ser usted amigo lector, al que le prohíban la actividad que practica. Conceptualmente no hay diferencia alguna en prohibir la opera, el fútbol o cualquier otra cosa que al gobernante de turno no le guste. A ese grado de intolerancia e imposición caemos con una consulta popular tramposa, en la que no se puede preguntar a la población temas relacionados con gustos, cultura y creencias personales. Preguntemos mañana si toda la población quiere ser musulmán o judía o cristiana o correista. Así, por decreto, imponemos mediante consulta popular una forma de pensar y un dios al que adorar.

jueves, 26 de mayo de 2011

Sin Curro ni Antoñete/ Joaquín Sabina


Joaquín Sabina

San Isidro sin Curro ni Antoñete,
sin Tomás, sin Paulita, sin Morante,
parece becerrada apaga y vete.
Sin duende, ni compás, ni pata alante.
Ni Ordóñez, ni José, ni Manolete,
ni un picador montado en Rocinante,
ni un vuelo de pañuelos en el siete,
ni un Frascuelo que rime en consonante.
Nos queda Serafín Marín, Encabo,
César Rincón si vuelve a ser quien daba
pases de pecho de pitón a rabo,
Caballero, Abellán, Esplá y los oles
que soñando soñé que me gritaba
Victorino en un quite por faroles.

EL MORANTISMO EN LA ERA DEL TOMASISMO



Hay cosas que se pueden contar de una forma y cosas que se pueden contar de varias formas. Y toreros. Morante se puede contar sólo de una forma: dice el toreo como nadie puede decirlo. El Pana se puede contar de dos formas. Como Rodolfo Rodríguez: un tipo vividor, bohemiote y jacarandoso (un chamberilero metido a mexicano o viceversa). O como El Pana: no mames güey. Entre estas dos formas de contar, hoy se lleva la palma la segunda. Las palmas de verdad, por bulerías de ánimo, en racimos de ovaciones y olés nacidos de gargantas entregadas, fueron para Morante. Pero sin romper el evento en grandiosidad pues de la corrida terciada de Cuvillo, el lote bonancible y amable fue para Rodolfo Rodríguez. Bueno, para El Pana.

Una vez pasado el fielato de la entrada victoriosa (meter tres cuartos en Vista Alegre no está mal) Morante y El Pana pasaron el del atascazo. Media hora casi de retraso. Primera espera del morantismo, gentes cuyo corazón se acopla al ritmo que marca el torero, el de la espera. Luego hubo otras seis esperas más, hasta la lidia del sobrero y en la salida o adiós a la tarde del regreso, rostros de satisfacción matizada. Sin nada para los anales, hubo cosas para paladear. Bien de ánimo y de actitud Morante, dispuesto y hasta esforzado en cuatro toros que le regalaron un puñadito de embestidas. No más. La de Cuvillo manejó escasa bravura y poca fortaleza.

El segundo le dejó pegar unos lances bien mecidos y con el mentón en el pecho, ganando siempre terreno. Ese es Morante. Como lo es un inicio a dos manos por alto con sello, diferente, jugando los dos brazos de forma cadenciosa. Ya estaban los fieles a punto de iniciar el paroxismo (lo recibieron con una ovación que recordará el de La Puebla) cuando llegó una tanda con la izquierda de un trazo excelente, limpio y hondo, con el cuerpo encajado. Pero apenas nada más pues el toro tuvo el fondo escaso. Como lo tuvo el cuarto, toro que se movió defendiendo su escasez de bravura y en el que Morante se dejó ir sólo en una tanda con la derecha. ¿premio? Tuvo casi en la mano una oreja del segundo, pero no mató a la primera.

Un juego de mus de principiantes le duró el que cerraba corrida. Un rato de lenta y paciente espera en una faena sin guión, de retazos muy buenos con la muleta, pero con el final apagado en las embestidas cada vez más renuentes del toro. Por eso regaló el sobrero, cuestión que pilló a parte del respetable en la boca del metro o al pie del parking. Madrid escapa en desbandada los viernes por la noche. Suelto el toro, mansito, tardó Morante en recoger su abanto movimiento para lancearlo de forma majestuosa, cimbreando cuerpo y brazos. Muy a compás. Toro que marcó querencia y tendía a rajarse. Hasta que esto sucedió, el de la Puebla dejó dos tandas con la derecha de rebosante reposo y de una estética de privilegiados. Por el pitón izquierdo no hubo acople: se venía el toro con la cara alta y Morante se desesperó. Adornos, ayudados, para matar trasero al recibir.

El lote fue el de El Pana. El primero, que se partió un pitón a estrellarse en el burladero y se pegó una vuelta de campana, tuvo calidad y poca fuerza. Muy mejicano, con ese aspecto de indio sabio y veterano, ajado de andares y de rostro popular, El Pana movió por alto el capote al hilo de las tablas, sumó chicuelinas y tafalleras y la faena de muleta fue un irse el toro al suelo y un pedir paciencia el torero al público. Mejor fue el segundo, de menos clase pero más movilidad y allí, por pasar, no pasó nada. Intenciones de ademanes y gestos, un atisbo de tanda. Poca cosa.

El toro de la corrida fue el tercero del mejicano. De los que se van sin irse del todo a la pared, embistiendo por afuera, de los que hacen crecer a los corazones afligidos. De los que hay que buscar entre pase y pase, un poquito. Fue y vino el toro en los primeros cites muy a su aire. Los dos, El Pana y el de Cuvillo. Pero se obró el milagro y hubo una tanda en la que de esa forma tan peculiar, preparadas las piernas hacia atrás, medio de perfil y algo encogido, el bohemio corrió la mano con largura en una buena tanda. Ese es El Pana. No es hombre de combate sino personaje para ver o contar de dos formas. O tres, un personaje de corrido.

Moraleja: que en la era de la religión laica del tomismo de José Tomás, navita de un torero oculto de culto, entrecano y silencioso (religión de hábito) existe también otra que se llama morantismo. Nada escasa sin ser multitudinaria. Fiel. Nace de un torero especial entre alegre, callado e íntimo. Religión torera por todos los palos del flamenco.

Un estudio de la saliva desvelará los niveles de estrés y dolor de un torero.


ABC 24-2-2008

La ciencia y el toro se han tomado de la mano en el siglo XXI. Después de que Juan Carlos Illera, catedrático de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, desvelase el elevadísimo umbral de dolor del toro, ahora se ha propuesto un nuevo reto: estudiar el estrés al que se somete un torero en la corrida. «Los diestros suelen decir que su momento de mayor nerviosismo es en el patio de cuadrillas, pero nunca se ha investigado. Queremos comprobar su nivel de estrés en las distintas fases de la lidia y su mecanismo de dolor ante la cogida», señaló Illera. Y explicó cómo lo llevarán a cabo: «Analizaremos las muestras de saliva de varios toreros en la próxima Feria de San Isidro mediante la colocación de unas bolitas en la boca. En el caso de que sufriesen una cornada, se podría averiguar así su reacción ante el dolor». De esta manera, se conocerá científicamente cuál es el nivel de sufrimiento de esos hombres que parecen estar hechos de otra pasta. El profesor dio a conocer la puesta en marcha de este estudio ayer en la inauguración del II Congreso Taurino organizado por la Plataforma para la Defensa de la Fiesta.

Peor el transporte que la lidia

Illera centró su intervención en los niveles de estrés y dolor del toro, más elevados durante el transporte o en un festejo de recortadores que durante la lidia. Si se cuantifican las hormonas del eje adrenocorticotropo (ACTH y cortisol), libera menos, lo que significa que el ganado de lidia tiene una mejor respuesta al dolor en las diversas suertes. «Es mucho mayor que la de cualquier animal. A los pocos segundos de recibir la puya, ya tiene bloqueados los receptores del dolor. De ahí que ataque de nuevo al caballo». También resaltó que el dolor de un toro en una corrida portuguesa es «superior, debido a que tras la faena le esperan horas de transporte hasta el matadero, muchísimo más duro que estar en el ruedo». Además hizo otra sorprendente revelación científica: «El tálamo del toro aumenta hasta un 19,34%, más del 50 por ciento que en otro animal, con lo que su respuesta frente a cualquier estímulo doloroso es mayor». Todos estos exámenes se ampliarán en San Isidro con la colocación de microchips en varios ejemplares de distintas ganaderías, que permitirán averiguar también las diferencias entre unos encastes y otros.

miércoles, 25 de mayo de 2011

martes, 24 de mayo de 2011

Vargas Llosa: "de niño soñé con ser torero"


Tomado de mundotoro.com

El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el poeta catalán Pere Gimferrer recogieron ayer el Premio Paquiro de Toros, un galardón que les fue entregado de manos de José Bono, Presidente de las Cortes Españolas.

Vargas Llosa recordó, tras recoger el premio que otorga la revista El Cultural de El Mundo y que patrocina Telefónica, que "de niño soñé con ser torero", antes de defender los valores del toreo. "No debemos avergonzarnos de nuestra afición a los toros. La Fiesta es una metáfora de la condición humana y además está llena de amor a la belleza y al propio animal bravo que es el toro, que no existiría si no existiera este espectáculo".

Por su parte, Pere Gimferrer aseguró sentirse ganador del premio "por mi afición a los toros, por ser poeta y, un poco, por catalán", aprovechando para definir la prohibición en Cataluña como "desagradable y ridícula". Además añadió: "El mundo del toro tiene una gran afinidad con el de la poesía y la pintura".

El premio Paquiro, dotado con 50.000 euros y una escultura de Víctor Ochoa, se ha consolidado como el mayor galardón del toreo. En su primera edición fue concedido al diestro francés Sebastián Castella; José Tomás fue elpremidado en los dos siguientes años y Morante de la Puebla recibió el galardón el pasado año.

Toros y fútbol/ Esteban Ortiz


Esteban Ortiz

Es tan honda la relación toros sociedad que su influencia rebasa límites insospechados, tanto que llega a la esencia de un espectáculo como el fútbol. Aunque parezca raro tanto los toros como el fútbol son espectáculos de masas que dominan nuestra cultura y que tienen mucho en común. Los toros, en los países que guardan esta tradición taurina, son el segundo espectáculo de masas luego del fútbol. Esto implica que la segunda fuente de ingresos por impuestos a los espectáculos públicos viene de la fiesta brava. Además, genera una cantidad significativa de fuentes de trabajo que no es nada despreciable.

Pero esta relación toros fútbol está enraizada en algunos aspectos cotidianos: el goleador de la selección española David Villa festejó sus goles ante la selección de Honduras en el Mundial de Sudáfrica toreando por naturales y pegando derechazos. El delantero Raúl toreó por verónicas, usando como capote una bandera de España o un capote con el sello del Real Madrid, cuando su equipo ganó algunas copas.

También la popular cantante “Shakira”, en uno de los estribillos de la mundialmente famosa canción del “Waka Waka” canta que los jugadores entran “al ruedo”, en clara alusión a la pelea franca entre un toro y un torero. Por otro lado, el artista Joaquín Sabina dedica una serie de canciones al mundo del toro, las que cantamos a viva voz cuando las escuchamos.

Entrando en el juego, cuando un equipo domina ampliamente y el otro equipo es burlado, se corea en todas las canchas del mundo el famoso “ole”. Como aquel desgarro profundo con el que los aficionados a los toros expresan sus sentimientos.

Pero tanta es la influencia del uno sobre el otro que inclusive en el Ecuador tenemos un “equipo torero” sin que nadie se escandalice por esto.

sábado, 21 de mayo de 2011

Ecuador dijo NO a la prohibición/ Santiago Aguilar


Por Santiago Aguilar
Especial para HOY
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/ecuador-dijo-no-a-la-prihibicion-476335.html

Los resultados de la pregunta 8 de la consulta popular promovida por el Gobierno referida a la muerte de animales en espectáculos públicos, deben ser analizados con detenimiento y objetividad con el propósito de convertir al pronunciamiento popular en un ejercicio histórico de valiosas implicaciones para la fiesta de los toros en el Ecuador.

La iniciativa oficial de confrontar en las urnas a una actividad como la taurina de profundos contenidos sociales, históricos y culturales, resultó absurda e ilegítima; absurda debido a que, temas como los derechos fundamentales del hombre y categorías superiores como los valores éticos y morales, no pueden ni deben ser sometidos a procedimientos de democracia directa; e ilegítima por el injusto y desigual lapso de información previo a las votaciones en el que toda la maquinaria propagandística del régimen fue utilizada para deformar la realidad del espectáculo taurino.

A la hora de analizar los flujos de votos por cada una de las tesis debemos enfocarnos en la estructura del mapa taurino del Ecuador, antes de la consulta registramos un centenar de cantones y 150 localidades con antecedentes taurinos; los resultados finales de las votaciones determinan que en 17 provincias un total de 94 cantones le dijeron no a la prohibición y consagraron a las corridas de toros como elemento consustancial a su dinámica social.

Al revisar los resultados de Pichincha, llaman la atención los votos obtenidos por el "Sí" en Quito, sin embargo, si nos detenemos en los números encontramos que la mitad de los capitalinos se pronunciaron en contra de la prohibición. El "Sí" en Quito obtuvo 674 mil votos, los sufragios por el "No", agregados a los blancos y los nulos, llegaron a 651 mil, es decir apenas un 1,71% de diferencia.

En resumen, la discusión por la vigencia íntegra de los espectáculos taurinos dividió en dos a la ciudad, polarizándola alrededor de este tema, y visibilizó una enorme corriente de aprobación a la tradición taurina y su anual feria.

Otro hecho destacado que debe incorporarse al debate es la lógica de la votación de las parroquias que conforman el Distrito Metropolitano, en la zona centro norte de la ciudad -en la que se ubica la Plaza de Toros Quito- los votos por el "No" fueron ampliamente mayores, ese comportamiento se invirtió en los sectores de los extremos norte y sur de la urbe, desde este enfoque cabe reflexionar sobre la validez del esquema de toma de decisiones en una ciudad tan disímil y compleja como Quito.

El Municipio capitalino anuncia la próxima reforma a la ordenanza que regula los espectáculos taurinos, lo cierto es que la actitud del alcalde empeñado en institucionalizar la prohibición contrasta con el pensamiento de media ciudad que supo expresar con libertad su opinión pese a la desproporcionada campaña oficial y desestima la construcción de un acuerdo social sostenido en la pluralidad, el respeto a la diversidad y el derecho de los quiteños a ejercer libremente su identidad cultural, sin limitación y discrimen.

En forma paralela la empresa de la Plaza de Toros Quito anuncia la organización del abono Jesús del Gran Poder, que se realizará con ajuste a los resultados de la consulta, decisión que debe apreciarse desde la importancia de preservar la Feria de Quito como un patrimonio de la ciudad, eje de las fiestas fundacionales y revulsivo de su actividad económica.

A manera de conclusión, lo cierto es que la fiesta de los toros en el Ecuador se ha nutrido de una potente corriente de opinión popular que supone un reconocimiento a sus significados históricos, culturales y sociales y asegura su pervivencia en el tiempo.

domingo, 8 de mayo de 2011

Gustos por decreto/ Esteban Ortiz

Todavía me queda la esperanza de que la racionalidad, de viaje desde hace algún tiempo en este país, regrese para quedarse y que la tiranía y la prepotencia dejen de ser parte de lo cotidiano. Me duele ver cómo la imposición de un criterio, de un gusto, una forma de pensar, se vuelven parte de mi vida, aunque lo rechace. Nadie tiene el derecho de decir al otro lo que tiene qué hacer. Jamás se ha visto que los gustos de la gente se establezcan por decreto. ¿Acaso la libertad se negocia? La libertad se ejerce.